
El presidente de Estados Unidos arremetió este martes contra el empresario Elon Musk y sugirió cortar de raíz los subsidios y contratos públicos que sostienen sus compañías -SpaceX, Tesla y la red social X-. El ataque se produjo en medio de un tenso debate legislativo sobre el proyecto de ley presupuestario y fiscal que impulsa Trump y al que Musk se opone frontalmente.
“Sin subsidios, Elon probablemente tendría que cerrar la tienda y volver a Sudáfrica a su casa”, escribió el mandatario republicano en un mensaje publicado en Truth Social, su red social de referencia. En otro post, Trump añadió: “No más lanzamientos de cohetes, satélites o coches eléctricos. Tal vez deberíamos hacer que el DOGE (el Departamento de Eficiencia Gubernamental) eche un buen vistazo a todo esto. ¡Se puede ahorrar una fortuna!”
El enfrentamiento estalló pocas horas después de que Musk, desde su cuenta en X, advirtiera que los legisladores republicanos que respalden el plan de Trump “perderán sus primarias el año que viene aunque sea lo último que haga en esta Tierra”. El empresario considera que la propuesta aumentará “el mayor incremento de la deuda de la historia” y ha llegado a calificarla como un “proyecto de esclavitud de deuda”.
Musk no se quedó en las amenazas genéricas y nombró directamente a los congresistas republicanos Andy Harris (Maryland) y Chip Roy (Texas), a quienes reprochó su supuesta incoherencia ideológica. “¿Cómo pueden llamarse el Caucus de la Libertad si votan por esto?”, ironizó.
El empresario, que dimitió a finales de mayo como responsable del departamento de eficiencia de la Casa Blanca tras semanas de desacuerdos con Trump, también dejó caer que podría fundar una nueva formación política, el “Partido América”. “Nuestro país necesita una alternativa al unipartidismo demócrata-republicano para que la gente realmente tenga VOZ”, escribió en un mensaje.
La tensión entre ambos también se ha trasladado al plano económico. Desde el estallido del conflicto, Musk ha sufrido un importante retroceso en el valor bursátil de sus empresas. Trump ya había insinuado en junio su intención de revisar a fondo los contratos públicos que alimentan el conglomerado empresarial del magnate. “Sería la forma más fácil de ahorrar dinero. ¡Miles y miles de millones de dólares! Siempre me sorprendió que Biden no lo hiciera”, afirmó en otro mensaje.
Mientras tanto, el Senado estadounidense continúa debatiendo la propuesta de ley, que incluye recortes fiscales, aumento del gasto en defensa y control migratorio, y que divide profundamente a los legisladores republicanos. La medida debe ser aprobada antes del 4 de julio, pero las fracturas internas hacen que el resultado aún sea incierto.
El senador Thom Tillis (Carolina del Norte), uno de los pocos conservadores que se ha opuesto abiertamente al plan, anunció el domingo que no buscará la reelección, tras recibir duras críticas del propio Trump.